Los 31 secretos del (anti) management

Por Ernesto Gore

   El arte del management suele tener aspectos inconfesables (o, al menos, inconfesados). Uno de los secretos mejor guardados es, por ejemplo, que todo jefe es, casi por definición, desleal a alguien o a algo todo el tiempo.
  Más allá de la voluntad de cada uno, un jefe debe guardar demasiadas lealtades: a la organización, a los accionistas, a su gente, a sus pares, a su familia, a su profesión, a los clientes, al largo plazo, a los costos, a la calidad, a sí mismo, a su carrera...
  Y estas lealtades tienen además intereses contradictorios. Nadie puede ser leal todo el tiempo a tantas demandas. Por eso, un jefe no puede elegir no ser vilipendiado. A lo sumo, puede elegir algunos de los motivos por los cuales lo será.
   Sin embargo, dentro de este marco general, no cabe duda de que no todo es lo mismo. La decisión acerca de aquello hacia lo que se será leal en cada momento es una elección crítica que hace tanto a la eficiencia como a la ética de la gestión.

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